¿Qué es el miedo a los infartos?
Este es el miedo más común entre las personas con ataques de pánico. Existe un mito muy extendido, y enormemente dañino, entre la población general e incluso entre algunos profesionales de la salud mental, y es probable que tú también lo compartas. Ese mito es creer que la ansiedad provoca crisis cardíacas. ¡Esto es absolutamente falso!
Para que se produzca algún tipo de accidente cardíaco tienen que confluir una serie larga de variables orgánicas, genéticas, de estilo de vida e incluso de edad y género. Una persona puede sufrir algún tipo de ataque al corazón si reúne varias de estas características: alguna lesión grave de base en el corazón o en las arterias circundantes, un elevado exceso de ácidos grasos en sangre, dieta incorrecta y/o sobrepeso, vida sedentaria (sin actividad física), excesivo consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, antecedentes familiares, edad problemática y ser hombre. El estrés es una última variable que, combinada con las anteriores, aumenta el riesgo. Ahora bien, debe quedar claro que el estrés por sí solo no provoca crisis cardíacas. Una persona en medio del más terrible de los ataques de pánico no va a sufrir ningún tipo de ataque al corazón si no reúne un buen número de las características anteriormente enumeradas y, aún así, la probabilidad es baja.
Un fenómeno fisiológico muy corriente y que causa pánico es notar una subida brusca en la tasa cardiaca. El corazón está diseñado para subir y bajar bruscamente de ritmo cuando el organismo lo necesita. Sólo tienes que imaginarte la velocidad con que late el corazón de un atleta en plena competición. Cuando nos sentimos ansiosos, el corazón se acelera para enviar más sangre y oxígeno a los tejidos y músculos de nuestro cuerpo, pues recuerda que, desde un punto de vista de la especie, tu organismo se está preparando para correr (huir) o para luchar. Por lo tanto, al contrario de lo que se suele creer, las constantes subidas de tasa cardíaca que podría notar una persona con pánico, más que dañar su corazón, lo que en realidad hacen es entrenarlo para que éste sea más fuerte. Así que la próxima vez que notes tu corazón desbordado, ¡intenta recordar que ha empezado tu sesión de entrenamiento!
