¿Qué es un ataque de pánico?
Cuando nuestro organismo se enfrenta a una situación exterior o una sensación corporal que por aprendizaje juzgamos como peligrosa, a veces tenemos un pensamiento catastrofista (ej.: “va a pasar tal cosa”). En ese momento nuestro cerebro manda una señal a nuestro Sistema Nervioso Autónomo (SNA), el cual inmediatamente se activará y se acelerará, mostrando respuestas fisiológicas típicas como sudar, tener palpitaciones, etc.
El SNA tiene como una de sus misiones prioritarias preparar a nuestro organismo para afrontar situaciones potencialmente peligrosas o difíciles. En este sentido, es una función de supervivencia grabada genéticamente. Prepara a nuestro organismo para luchar contra el peligro o para huir de él, por lo que los cambios que notamos en nuestro cuerpo (aceleración del pulso, aumento de la temperatura corporal, etc.) tienen como fin prepararnos para este objetivo.
El SNA está formado por dos subsistemas, el Sistema Nervioso Simpático (SNS) y el Sistema Nervioso Parasimpático (SNP). Ambos son complementarios y antagonistas (contrarios): El SNS. activa el organismo y el SNP, por el contrario, lo desactiva o “relaja”. Por ello, una respuesta de ansiedad o pánico no puede durar demasiado tiempo (realmente dura pocos minutos), pues tan pronto como el SNS se acelera, el SNP se encargará de frenarlo.
Cuando el cerebro envía su mensaje al SNA, éste activa el SNS dando una orden a las glándulas suprarrenales que inyectan adrenalina y noradrenalina en la sangre. Estas sustancias actúan de mensajeros químicos acelerando todo nuestro organismo. Por ello notamos tantas sensaciones distintas, ya que nuestro organismo no se activa por partes, sino todo a la vez. No obstante, recuerda que al mismo tiempo, gracias al el SNP, aparecen también ciertas sustancias que neutralizan la adrenalina y la noradrenalina, rebajando la activación de nuestro SNA, y haciendo que el ataque no dure mucho.
En este sentido, la ansiedad no es peligrosa, no te puede pasar nada malo por estar ansioso: eso sí, es incómoda y desagradable.
Una vez el sistema ha vuelto a la normalidad, podemos sentirnos muy cansados, tener dolor de cabeza o de espalda, etc. Es normal que aparezcan este tipo de sensaciones debido a que nuestro organismo ha consumido mucha energía y hemos tensado la musculatura.
Hiperventilación:
En una proporción significativa de personas con pánico, aparece otro fenómeno fisiológico que complica las cosas, la hiperventilación.
Como parte de la respuesta fisiológica normal y adaptativa, ante una situación de peligro, el ritmo respiratorio se acelera involuntariamente para enviar oxígeno extra a todo el organismo que, recordemos, se dispone a correr (huir) o a luchar.
No obstante, cuando se está teniendo un ataque de pánico (respuesta desadaptativa), caemos en un estado de hiperventilación: hay mucho más oxígeno del que necesitamos y podemos usar, reduciéndose a su vez el nivel de dióxido de carbono. El resultado es que aumenta el nivel de alcalinidad de la sangre (ph) y desciende la presión arterial, apareciendo sensaciones tan desagradables como debilidad, palpitaciones, taquicardia, dolor en la región precordial (en el pecho), mareos, visión borrosa, sensación de irrealidad, sensación de falta de aire, ahogo, boca seca, dolor de estómago, rigidez y dolor muscular, temblores y calambres.
En algunos casos, la hiperventilación involuntaria se ve aumentada por otra voluntaria. Como uno de los efectos de la hiperventilación es notar, paradójicamente, ahogo (a pesar de que la hiperventilación es el estado opuesto), la persona intenta respirar más, o más profundamente, lo que empeora todavía más la situación.
A continuación tienes una tabla con la mayoría de los cambios físicos que notamos en el pánico y su auténtica explicación producida por la hiperventilación del SNA:
Cambios Físicos del pánico y su explicación
| Sensaciones Temidas | Interpretación catastrófica | Explicación real |
| Taquicardia | Infarto | El corazón bombea más fuerte y rápido para enviar sangre a las zonas vitales. |
| Pérdida de sensibilidad, palidez, frío. | Infarto, ataque cerebral, parálisis, tumor cerebral | La sangre se concentra en las vísceras, dejando las zonas periféricas con un riego menor. |
| Ahogo, falta de aire. Hiperventilación. | Ahogarse | Aumento de Oxígeno en la sangre (estado contrario al ahogo) |
| Mareo | Desmayarse, desvanecerse | Bajada de presión arterial producida por la hiperventilación |
| Dolor en el pecho, brazos, pinchazo | Infarto | Patrón anómalo de respiración (mantener los pulmones demasiado llenos), tensión muscular en la zona, posturas incorrectas prolongadas. |
| Calor, sudor, sofoco | Enfermedad | Aumento de la temperatura corporal en las zonas vitales. El organismo pone en funcionamiento el sistema de enfriamiento (glándulas sudoríparas). |
| Boca seca, náuseas, sensaciones estomacales | Enfermedad | Descenso de la activación del sistema digestivo |
| Ver “lucecitas”, sensación de que la luz molesta, manchas en la visión | Volverse loco, problema cerebral | Las pupilas se engrandecen y dilatan para aumentar la visión periférica |
| Temblores, pinchazos, calambres | Enfermedad, infarto, estar enloqueciendo | Tensión muscular excesiva |