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Por qué se mantiene un miedo patológico

Por qué se mantiene un miedo patológico

Cuando padecemos una alteración del miedo, éste aparece automáticamente al encontrarnos ante situaciones relacionadas con el hecho que tememos.

Una conducta habitual suele ser intentar evitar las situaciones en las que nos aparece el malestar emocional (físico y/o cognitivo -mental-). Por ejemplo, si en una conversación se habla de viajar en avión, la persona con miedo a volar no participará en dicha conversación, si nos encontramos mal en un lugar (p.ej.: restaurante, metro, …) nos marchamos a casa, etc. 

Esta conducta permite reducir el miedo de forma muy rápida. Sin embargo, a medio plazo, la evitación es mala, ya que estamos aprendiendo que no hacer aquello que nos da miedo elimina sentir el miedo. No obstante, esto no es cierto, pues no hace que el miedo se resuelva de una vez por todas.

Además, también aprendemos que es bueno evitar con antelación. Es decir, que cuantas más cosas relacionadas con el hecho que tememos podamos evitar, mejor, ya que así tendré menos miedo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que así el miedo suele extenderse y generalizarse: cada vez tememos a más cosas; tal vez inicialmente sólo tenías miedo al metro, por ejemplo, pero ahora quizás hayas desarrollado también miedo al momento de alejarte de casa, viajar, etc. 

En conclusión, la Evitación, la Sensibilización y la Generalización explican por qué los trastornos emocionales del miedo no suelen desaparecer solos, o sin que haya un cambio en las conductas que lleva a cabo una persona para gestionar su miedo.