Categories
Uncategorized

Ansiedad

¿Qué son las emociones?

Tenemos 6 emociones básicas: la sorpresa, la alegría, el asco, la ira, la tristeza y el miedo. Como los dedos de una mano, nos sirven para diferentes aspectos de nuestra vida: Nos preparan, activando diferentes mecanismos de nuestro organismo; nos motivan, dándonos energía, para acercarnos o alejarnos de determinadas situaciones; y finalmente, nos ayudan a relacionarnos con otras personas y seres (animales, plantas…). Por tanto, nuestras emociones son adaptativas (permiten que nos adaptemos bien a distintas circunstancias de nuestro entorno) y nos ayudan en muchos aspectos de nuestra vida. 

Como otros elementos de nuestro organismo, las emociones pueden “lesionarse”. Igual que nos podemos dar un golpe, hacernos una fisura, un esguince, una fractura en nuestra mano, etc., en ocasiones nuestras emociones pueden funcionar mal. Entonces hablamos de los trastornos emocionales, es decir, de una alteración temporal de alguna o varias de tus emociones que te afecta en tu día a día.

Los profesionales de la salud mental conocemos y contamos con herramientas, igual que un médico utiliza una pomada, una venda, una inmovilización temporal de la mano si se ha dañado, que van a ayudarte a resolver tus problemas emocionales. Una de estas herramientas es la realidad virtual. 

¿Cómo sentimos las emociones?

Todos sentimos, experimentamos y expresamos las emociones de diferente forma. Veamos qué es el triple canal de respuesta de las emociones:

Si imaginamos un televisor con tres canales, una primera vía por la que sentimos es nuestro cuerpo, algo que en psicología denominamos canal fisiológico: palpitaciones, molestias abdominales, dolor de cabeza, temblores, sudar excesivamente, etc. son ejemplos de cómo sentimos en nuestro cuerpo las emociones

Un segundo canal es nuestro comportamiento, o lo que en psicología llamamos canal motor: bloquear-nos por la angustia, llorar, estar de mal humor, evitar o huir de determinadas situaciones, es otra de las vías por las que se manifiesta el miedo..

En tercer lugar, pero no menos importante, están nuestros pensamientos, conocido en psicología como el canal cognitivo. En este canal tendemos a anticipar lo peor y a quedarnos solamente con la parte negativa de la situación (por ejemplo, pensar en tener un accidente). 

Estos tres canales, a diferencia de lo que sucede en un televisor, se perciben al mismo tiempo. Es decir, cuando sentimos una emoción es como si estuviésemos viendo los tres canales al mismo tiempo. Imagínate que estás viendo una película, un documental y un partido de tenis a la vez y en el mismo televisor… Es por eso que, a veces, es difícil entender lo que nos está sucediendo.

¿Cómo aparece un trastorno emocional?

Que un miedo acabe siendo un problema psicológico es más probable si se dan las condiciones siguientes:

Las personas que son más nerviosas por naturaleza (por genética) tienen más probabilidades de padecer un problema emocional.

Pero eso no suele ser una condición suficiente para que aparezca un trastorno del miedo. También se ha descubierto que los trastornos del miedo se aprenden. En otras palabras, nuestras experiencias en relación a determinadas situaciones también tienen mucha importancia: haber tenido una mala experiencia, no haber hecho algo nunca o muy poco, haber visto a otras personas pasarlo mal durante una situación concreta, haber visto o recibido noticias sobre una determinada situación… son vivencias que influyen en nuestro miedo.

En resumen, nuestra forma de ser y nuestras experiencias son los aspectos más importantes para explicar por qué aparece un trastorno del miedo. Saber que el origen del miedo está en nuestra forma de ser y en las experiencias vividas, nos ayuda a explicar cómo y por qué se realiza una asociación entre determinadas situaciones y la aparición del miedo. Además, como se explicará más adelante, nos será de mucha utilidad para comprender cómo se resuelve el miedo.

¿Cómo se mantiene un miedo patológico?

Cuando padecemos una alteración del miedo, éste aparece automáticamente al encontramos ante situaciones relacionadas con el hecho que tememos.

Una conducta habitual suele ser intentar evitar las situaciones en las que nos aparece el malestar emocional (físico y/o cognitivo -mental-). Por ejemplo, si en una conversación se habla de viajar en avión, la persona con miedo a volar no participará en dicha conversación, si nos encontramos mal en un lugar (p.ej.: restaurante, metro, …) nos marchamos a casa, etc. 

Esta conducta permite reducir el miedo de forma muy rápida. Sin embargo, a medio plazo, la evitación es mala, ya que estamos aprendiendo que no hacer aquello que nos da miedo elimina sentir el miedo. No obstante, esto no es cierto, pues no hace que el miedo se resuelva de una vez por todas.

Además, también aprendemos que es bueno evitar con antelación. Es decir, que cuantas más cosas relacionadas con el hecho que tememos podamos evitar, mejor, ya que así tendré menos miedo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que así el miedo suele extenderse y generalizarse: cada vez tememos a más cosas; tal vez inicialmente sólo tenías miedo al metro, por ejemplo, pero ahora quizás hayas desarrollado también miedo al momento de alejarte de casa, viajar, etc. 

En conclusión, la Evitación, la Sensibilización y la Generalización explican por qué los trastornos emocionales del miedo no suelen desaparecer solos, o sin que haya un cambio en las conductas que lleva a cabo una persona para gestionar su miedo.

¿Cómo resolver los problemas emocionales?

Para resolver un trastorno emocional aprenderás a cómo romper la Asociación que se ha creado entre la situación o situaciones condicionadas (p.ej.: alejarse de casa, ir en metro, ir en coche, etc.) y el miedo (sensaciones físicas de ansiedad y pensamientos desagradables). 

La psicoterapia te ayudará a entrenar y realizar una serie de aprendizajes que te permitirán romper esa asociación: Mediante la técnica de exposición, te enfrentarás progresivamente a situaciones relacionas con tus temores, lo que te ayudará a romper y reducir la intensidad de la asociación entre tu miedo y esas situaciones. 

Aprender a utilizar la respiración también te puede ser útil para conseguir disminuir las sensaciones de malestar que aparecen cuando tienes miedo.  

Por último, aprender a detectar pensamientos negativos y a cambiarlos por otros más reales y funcionales te ayudará en tu malestar cognitivo (mental). 

Con entrenamiento y estos aprendizajes podrás resolver tu miedo. ¡Ánimo!

¿Qué es una Jerarquía de exposición?

Una jerarquía de exposición es una lista de cosas o situaciones que te provocan malestar y/o evitas hacer por miedo.

Esta lista es sobre temas concretos (p.ej.: miedo a volar; miedo a los perros; etc.) e incluyen de una forma extensa y variada las situaciones que provocan el malestar.

Además, estas situaciones se ordenan de menor a mayor malestar, sin necesidad de respetar un orden cronológico normal.

¿Cómo hacer una jerarquía de exposición?  

Vamos a utilizar el ejemplo del miedo a los perros: 

  • En primer lugar, haz una lista de las situaciones que te provocan malestar. Recuerda que la lista debe incluir hechos concretos y variados.
  •  Una vez tengas la lista hecha, puntúa en una escala de 0 a 100 las dos situaciones de la lista que menor y mayor malestar te provoquen. No te preocupes si dudas o te equivocas, haz modificaciones las veces que sea necesario y ves puntuando el resto de situaciones, una a una, en función del grado subjetivo de malestar que te generen.
  • Finalmente, ordena la lista en función de la puntuación que hayas asignado a cada uno de sus elementos (de menor a mayor malestar). 

¡Enhorabuena, ya tienes tu jerarquía de exposición lista!