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Mindfulness y Realidad Virtual

Mindfulness
y realidad virtual

El Mindfulness se define como la conciencia que emerge a través de prestar atención a propósito, en el momento presente, y sin ser críticos, al desarrollo de la experiencia momento a momento (Kabat-Zinn, 2003; citado en Boettcher et al., 2014). Sin embargo, es más que un tipo de meditación, ya que es considerado un estado de consciencia por naturaleza (Shapiro, Carlson, Astin & Freedman, 2006) que implica prestar atención conscientemente a la experiencia personal del “momento a momento”.

Mediante el uso de prácticas de meditación (tanto formales como informales) en combinación con componentes de otras terapias como la cognitivo-conductual, la intervención con mindfulness tiene como objetivo ayudar a los pacientes a ser más conscientes de patrones de pensamiento, sentimientos y de actuación problemáticos. Además, los ayuda a desarrollar una relación de aceptación mejor con sus experiencias internas no deseadas (Morgan, Danitz, Roemer y Orsillo, 2016). 

El concepto de Mindfulness es esencialmente transdiagnóstico (Boettcher et al., 2014), por lo tanto, su uso en el campo de la terapia psicológica se justifica desde un marco teórico amplio en el que se considera que los individuos con trastornos mentales comparten procesos conductuales y cognitivos específicos que contribuyen al desarrollo y mantenimiento de dichos trastornos (Barlow et al., 2004 y Mansell et al., 2009; citado en Boettcher et al., 2014). Se trata de procesos tales como atención selectiva tanto interna como externa, evitación atencional, sesgos de interpretación, pensamientos negativos recurrentes y conductas evitativas y de seguridad (Harvey, Watkins, Mansell & Shafran, 2004; citado en Boettcher et al., 2014). Por lo tanto, mediante la práctica del Mindfulness no se pretende tratar aspectos específicos de un trastorno concreto, sino tratar ciertos aspectos comunes a distintos trastornos.