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¿Qué es el miedo a perder el control?

¿Qué es el miedo a perder el control?

En algunas personas, el miedo más destacado durante un ataque de pánico es el de perder el control de su mente, volverse loco. Esta creencia aparece como resultado de experimentar muchas sensaciones “raras” para las que no tienen una explicación lógica, como por ejemplo anomalías en la visión (visión borrosa, ver lucecitas, sensación de irrealidad), pensamientos muy acelerados, o una sensación imperiosa de querer escapar. 

Todos estos fenómenos orgánicos tienen, uno por uno, una explicación puntual en base a la activación del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) como respuesta adaptativa de nuestra especie. 

Las sensaciones más preocupantes suelen ser las relacionadas con los cambios visuales, que les hacen percibir la realidad de forma distorsionada (“como si no fuera yo”). La explicación es muy sencilla: Cuando estamos sufriendo una fuerte respuesta de ansiedad, para nuestro organismo, estamos en una situación de peligro, podemos ser atacados por un depredador y debemos decidir rápidamente si luchar o correr. Para ver con más eficacia al enemigo, nuestras pupilas se dilatan anormalmente, lo que provoca un  aumento del campo visual, pero que a su vez da lugar a estas peculiaridades visuales, puesto que la pupila está excesivamente dilatada para el nivel de luz ambiental. 

Cuando una persona cree que va a perder la razón suele pensar que “algo se va a romper” en su cerebro y que, a partir de ese momento, va a ser un enfermo mental, “un esquizofrénico”. La esquizofrenia y, en general, todas las psicosis suelen aparecer a edades tempranas: adolescencia y principios de la vida adulta. No aparecen de pronto, sino que hay un proceso progresivo de empeoramiento del que el sujeto no es consciente, culminando con delirios y alucinaciones (ver u oír cosas que no existen). Además, suelen existir antecedentes familiares, ya que, aunque todavía no está claro del todo, parece ser un trastorno con base genética (hereditaria). 

En psicología clínica, hay una diferencia importante entre los problemas emocionales y los trastornos psicóticos. Los problemas emocionales los sufrimos todos en mayor o menor medida; aquí se incluirían problemas como la depresión, las fobias, el pánico, problemas sexuales, etc. Los trastornos psicóticos son enfermedades, y afortunadamente, sólo los sufren unos pocos. 

Lo importante de esto (y esta es la información vital a aprender) es que los trastornos psicóticos no son NUNCA una derivación de los problemas emocionales. Una psicosis no puede derivar de una fobia. Los problemas emocionales y la psicosis tienen orígenes y evoluciones completamente diferentes. Son caminos paralelos, sin que los primeros se conviertan en los segundos. De la misma forma en que un constipado que no se cure bien puede dar lugar a una gripe pero nunca a un cáncer. Un problema de ansiedad como el pánico, aún sin que se supere, se convertirá en un pánico más severo pero nunca en una psicosis. 

También existen personas que creen que van a perder el control temporalmente y que llevarán a cabo conductas extravagantes, violentas o ridículas, que incluso podrían poner en peligro su integridad física o la de otras personas (p.ej.: gritar, tirarse al suelo y patalear, romper objetos, agredir a otros, tirarse por la ventana, etc.). Estos pensamientos se ven fortalecidos por la sensación de descontrol que una persona percibe en un ataque de pánico. Sin embargo, esta sensación de falta de control es más bien una percepción subjetiva de una realidad. No hay un solo caso demostrado en que esto haya sucedido durante un ataque de pánico. Lo peor que puede pasar es que la persona escape de la situación en que ha sufrido el ataque “poniéndose a salvo”, y eso es algo que el sujeto decide hacer voluntaria y conscientemente. 

En tu próximo ataque de pánico, no te preocupes, ¡tus músculos sólo harán aquello que tú decidas hacer!